Nada puede predecirse, ni nuestras reacciones ni las de los pequeños Ninguna de las reacciones del primer encuentro es determinante de lo que se pueda construir a través del tiempo compartido.
Los niños pueden reaccionar de manera efusiva -llamar a los adultos «papá» y/o «mamá»-, con indiferencia o inclusive mostrar rechazo. Ninguna de estas reacciones iniciales es suficiente para definir lo que será el vínculo a futuro. Tanto los niños como los adultos suelen estar muy conmocionados y las reacciones emocionales son muy variadas. Lo más importante es que los adultos puedan adaptar sus expectativas a las situaciones que surgen sin olvidar que este primer encuentro es entre desconocidos y que la confianza y la espontaneidad se irán instalando a través del tiempo.
Te recomendamos leer estos artículos sobre los comienzos de la vinculación.