“Muchas veces se confunde un poco cuál es la finalidad de la adopción ya que no se tiene que perder de vista que la finalidad es solucionarle el problema al chico, no al revés”, destacó la Dra. Adriana Cordeviola.
Escribe Cora Goenaga de la redacción de EL TIEMPO
cora-goenaga@hotmail. com
EL DATO:
Hay una guía informativa nacional que todos pueden consultar. Fue elaborada por profesionales del Equipo Técnico de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, y está dirigida a personas interesadas en adoptar en este país. Se trata de una guía que brinda criterios y elementos de reflexión con el fin de orientar en ese primer momento en el que se toma la decisión de adoptar.
¿Cómo funciona el sistema de adopción en Argentina y, en particular, en Azul?.
Es un pregunta habitual, poco es lo que sabe fehacientemente, aunque a su alrededor hay muchos prejuicios y mitos.
Todo empieza cuando una persona o pareja decide postularse como posibles adoptantes.
Para hacerlo tiene que inscribirse en el del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, que en Azul lo maneja el Juzgado de Familia, con sede en San Martín 537 y que está a cargo del Dr. Federico Berlingieri.
En este proceso también interviene la Asesoría de Menores e Incapaces cuya sede se encuentra al lado de este diario por calle Belgrano.
“La persona va, se anota, lo citan para hacerle una evaluación social, psicológica y después, un equipo técnico determina si esa pareja o persona, porque puede ser una persona sola, está apta para ser adoptante”, explicó a EL TIEMPO la asesora de Menores e Incapaces del Departamento Judicial de Azul, Dra. Adriana Cordeviola.
Según lo indicó en la sede judicial local “hay muchas gente personas inscriptas” y antes de profundizar cómo es el sistema y sus pormenores aclaró un dato de suma trascendencia sobre lo que significa “ser adoptante”.
“Muchas veces se confunde un poco cuál es la finalidad de la adopción ya que no se tiene que perder de vista que la finalidad es solucionarle el problema al chico, no al revés. La familia tiene que hacer todo para estar dispuesta para que ese chiquito sea insertado, contenido, educado, criado en su seno”.
El niño en el centro de la escena
El nuevo Código Civil, promulgado en 2014, incluyó entre sus modificaciones al sistema de adopción, siendo el cambio más importante la nueva perspectiva que pone al niño en el centro de la escena.
Es decir, “no es sólo una cuestión de autosatisfacerse la necesidad la ser padres, sino que todo tiene que estar apuntado al niño y, a veces, hay personas que no están del todo capacitadas para eso, y no lo tienen muy claro”, especificó la funcionaria judicial local que accedió a hablar con EL TIEMPO.
“No todos entienden que de lo que se trata es de cambiarle la vida a otra persona, y se colocan en el lugar de que ‘yo quiero tener un hijo’”, remarcó.
En esos casos, explicó que no es que se los rechaza, sino que se les aconseja hacer un tratamiento psicológico, y la forma de prepararse. Ocurrido esto, se pueden presentar nuevamente en el Juzgado de Familia para estar en condiciones de ser adoptantes.
En situación de adaptabilidad
Eso del lado de los adoptantes, quienes incluso una vez que ingresan en el registro deben renovar cada tanto la voluntad de adoptar.
Del otro lado de esta historia se encuentran quienes están en condiciones de ser adoptados y lo están cuando el juez declara su situación de “adoptabilidad”.
En el caso de Azul, la mayoría son menores que están judicializados y son pocos los casos en los que una madre se presenta de manera voluntaria para dar a un hijo en adopción.
De esta manera, la adopción es el resultado de un proceso que comienza cuando se determina que un niño, niña o adolescente no puede seguir viviendo con su familia de origen por riesgo para su integridad, porque sus padres no pueden hacerse cargo o bien porque la familia manifestó su deseo de no hacerse cargo o porque los progenitores murieron.
Antes de considerar la adopción deben agotarse todas las posibilidades de re vinculación con su familia de origen. Si esto no es posible, el juez busca otra familia entre los inscriptos en el registro.
Si no se encuentra una familia adecuada en el registro, se realiza una convocatoria pública a la que se pueden presentar postulantes inscriptos y personas que no lo estén.
Al referirse a los menores que están en condición de ser adoptados, la Dra. Cordeviola fue enfática al aclarar que “la pobreza no es motivo para apartar a los chicos de una familia, sino que hay otros motivos como violencia, adicciones, promiscuidad, problemas psiquiátricos, etc.”
Los plazos
Los plazos de la adopción es una las principales críticas que se hacen al sistema y cuando de plazos se trata, nos referimos tanto para quienes desean adoptar como para los chicos que necesitan un hogar.
Al respecto, la Dra. Cordeviola indicó que “ahora se ha agilizado mucho en el sentido que antes los plazos eran muy largos, los chicos permanecían durante mucho tiempo institucionalizados. Eso ha cambiado totalmente después de la reforma del Código Civil y los plazos se han acortado, incluso a veces los plazos son demasiados cortos para trabajar con determinadas familias”.
“El plazo máximo son seis meses, pasado ese tiempo desde que el niño está abrigado en una institución y no se logró reinsertarlo en su propia familia, pueden ser adoptados”, puntualizó.
Desafíos
El problema real para que se dé una adopción es la edad de los chicos, ya que bebés prácticamente no hay.
“No hay bebés en Azul, y en general, son los menos”, aseguró la asesora de Menores e Incapaces. Ese es un tema que está vinculado a su vez con los plazos.
“Cuando alguien se inscribe como adoptante, dice acepto niños hasta 3 años, por ejemplo. Algunos aceptan chiquitos con discapacidades, otros no, todo eso queda registrado. Entonces, de acuerdo a eso se hace la selección cuando hay un chico en estado de adoptabilidad”, explicó la profesional.
Los desafíos que se presentan son encontrar una familia para los chicos que no están sanos o que requieren cuidados especiales ya que solo un 15 por ciento de los postulantes los acepta y también para los de mayor edad.
En torno a esto, Cordeviola comentó que “la gente ha cambiado mucho esa mentalidad de querer adoptar al bebito, están entendiendo esto, aunque obviamente las vinculaciones son más difíciles”.
“Un chico de 8 o 10 años ya viene con una historia, una historia que hay que revertir, pero la idea nuestra, nuestra esperanza que ese chiquito que no tuvo lo que tenía que tener hasta esa edad, pueda revertir su historia con contención, con cariño, con estímulo y todo lo que un niño tiene que tener en una familia”, aseguró.
“El gran tema”
Quiere decir que quienes esperan un bebé pueden estar años esperando, en cambio los inscriptos más flexibles pueden esperar menos tiempo.
“Ese es el gran tema”, destacó la asesora de Menores e Incapaces del Departamento Judicial de Azul al tiempo que informó que “en este momento adopciones de chicos de esa edad hay” y “ya pasados los 10 años cuesta muchísimo encontrar una familia, ni hablar de adolescentes”.
“En este momento tenemos una chica que incluso se hizo público el llamado porque tiene 16 años, ella quiere ser adoptada, pero no se encuentran adoptantes porque la gente no quiere. Obviamente son situaciones que no son fáciles de manejar, las personas tienen que estar muy preparadas”, dijo.
Frustrante, pero pasa
La legislación actual, por otra parte, promueve que los grupos de hermanos no sean separados.
“Lo que se intenta es no separar los hermanitos, tampoco es fácil, de golpe pasar a tener 3 hijos de 8, 9 y 10 años, es un desafío muy grande. Igual hemos tenido experiencias muy satisfactorias, otras no tanto”, contó.
De ahí, surge otra cuestión terrible de la que poco se habla: en algunos casos los adoptantes devuelven a los chicos, y sufren un nuevo abandono.
“Se han dado mucho situaciones de familias que no están preparadas, y devuelven los chicos. Eso es terrible y para el nene es un doble abandono y se sienten que son ellos los que no pueden, los culpables, revertir eso es difícil y la verdad que el equipo del Juzgado de Familia local trabajan ‘re bien’ en ese sentido porque hacen un acompañamiento muy estrecho cuando una familia se empieza a vincular con un chiquito, están comunicados las 24 horas, hasta que se logra una vinculación”, sostuvo e insistió en que “cuando vuelve hacia atrás y el niño tiene que volver a un hogar después de haber intentado es muy frustrante para todos y para el niño más”.
Procedencia
Otra pregunta habitual es el lugar de procedencia de los chicos y los adoptantes y si hay alguna norma en este sentido.
La Dra. Cordeviola explicó que “depende de cada caso. Hay casos que los hermanos son separados, en algunos casos porque conviene, en otros se intenta que sean localidades cercanas para que puedan tener contacto. Hay otros procesos en los que conviene buscar familias de otra ciudad a la del adoptado porque es muy conflictiva la situación de la familia biológica y entonces es preferible que los chiquitos vayan a otra ciudad”.
Algo más del proceso
Volviendo a lo que es proceso, cada juzgado tiene su método, pero acá en Azul y sobre todo cuando se trata de menores de más edad, se establece un período de vinculación de manera paulatina y cada caso es particular.
“En el Juzgado de Familia de Azul se hacen las vinculaciones de a poco. Primero empiezan a visitarlos en el hogar, y ningún caso es igual a otro, hay chicos que se vinculan al toque, otros necesitan más tiempo”, puntualizó.
Una vez que se vinculan, viene un período de “guarda con fines adoptivos” y finalmente y en el mejor de los casos se inicia el juicio de adopción mediante el cual se le otorga al chico la condición legal de hijo.
EL ABRIGO EN LOS HOGARES Y LA ADOPCIÓN
En Azul se encuentran niños y adolescentes que son retirados de sus familias de origen y están judicializados en causas que están a cargo del juez de Menores de Azul, Dr. Federico Berlingieri, y son alojados en los Hogares Convivenciales “Marengo” de varones, “Sagrado Corazón” y “Buen Pastor”, aunque no todos están en situación de ser adoptados y es potestad del juez.
Las dependencias judiciales que intervienen en el este proceso del Departamento Judicial de Azul, a su vez trabajan con Rauch, Las Flores, Tapalqué, Benito Juárez y General Alvear.
Las medidas de abrigo de los niños en los hogares las toman los servicios locales de cada ciudad ante condiciones de vulnerabilidad y luego de agotar el trabajo con las familias.
En un primer momento desde los servicios locales deben intentar revertir esa situación intrafamiliar en un plazo de 6 meses, lo cual a veces resulta un período corto “porque a veces nosotros como comunidad no tenemos todos los recursos como para poder ayudarlos. Por ejemplo si hay una adicción no encontramos turnos, no tenemos comunidades terapéuticas, es decir, nos encontramos con un montón de escollos y no podemos cercenar a la padres cuando como estado nos podemos ayudarlos a revertir la situación”, explicó la Dra. Cordeviola. En algunos casos se logra esa re-vinculación con sus familias, en otros se logra la adopción y muchas veces llegan a la mayoría de edad institucionalizados
¿QUIÉNES PUEDEN ADOPTAR?
Se pueden inscribir los matrimonios, los integrantes de una unión convivencial o una única persona.
Los únicos requisitos son tener una edad mínima de 25 años y cinco años de residencia en el país, salvo argentinos y naturalizados.
Es importante tener en cuenta que la inscripción actúa como condición necesaria para la postulación, pero no implica que todos los inscriptos resulten aptos y seleccionados.
Fuente: https://www.diarioeltiempo.com.ar
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