Adoptá a una adolescente.
Tiene 14 pero en un mes cumple 15.
Decidite y mirala a los ojos cuando te pregunta si vos querías adoptar chicos grandes o no te quedó otra.
Mirala a los ojos, aunque sus ojos miren para abajo como huyendo, cuando te cuente que la juez les dio a elegir a ella y sus tres hermanos cómo agruparse de a dos para conseguir familia.
La misma juez que te dijo que eran cuatro. Vos mirala a ella cuando te cuenta que son nueve. Adoptala con su hermana de once y descubrí que a veces se pregunta si no «te la llevaste para tener a la chiquita».
Aprendé a ponerle límites mientras generás confianza. Dejala enojarse con vos cuando más necesita construir un vínculo.
Comprale una tarjeta sube, enséñale cómo usarla, que las calles tienen nombres y numéros. Que las cosas cuestan plata. Que hay paradas de colectivo. Que también hay trenes y subtes. Que en el supermercado tenés que contar lo que gastas, entregar dinero y esperar el vuelto. Explicale todo porque desde los once está en un hogar y no sabe. No lo vivió nunca.
Enseñale a bañarse, porque ya no necesita una ducha rápida de cinco minutos. Llevala a depilarse por primera vez. Hablale de sexo, hablale de amor, escuchá su pregunta sobre los pañuelos de colores, acompañala a su clase de reggaeton, trata de entender porqué no logra prestar atención en la escuela y porqué quiere ir con su mamá recién estrenada a una fiesta adolescente.
Fijate cómo le permitís que se encuentre con chico que conoció en Instagram sin exponerse a riesgos. Fijate cómo lográs ofrecerle confianza para que te lo cuente.
No tengas miedo de enojarte. Necesita también una mamá a la que pueda desilusionar. Necesita rebelarse y sentirse segura con vos. Odiarte y amarte en un acto simultáneo.
Dejala probarse short, sacarse fotos con la lengua afuera. Decile que no te gusta eso. A veces necesita también saber que pensás diferente.
Contale sobre la historia, llevala al cine, abrazala y prestale tu perfume.
Reite con ella.
Enojate y que dure media hora el enojo.
Que aprenda que enojada, también se la ama.
Mirala jugar en una plaza y protestar porque se aburre.
Cuando puedas decile que su primera mamá la amó. Que la muerte no es un final verdadero.
Peiná su cabello y sobre todo mirala dormir. Aunque duerma quince horas. Detrás de sus ojitos cerrados viven sus sueños y sus miedos. Quizás a veces se escape un poco de este mundo turbulento. Que cuando abra los ojos estés ahí. Siempre recibiéndola con un beso.
Aunque te sientas un poco Maléfica adorando a la Bestia. Dale siempre besos de amor verdadero para que se quede de este lado, donde los sueños tienen la temperatura de su sangre y corren salvajes a toda velocidad por sus venas.
Si alguien me lo hubiese dicho no sé si le creía, pero estoy obligada a decirtelo… Adoptá a una adolescente. No la prives de una familia en la cual mirarse. No te prives de cumplir sus derechos que hoy valen aún más que sus sueños.
Fuente: Adopción Positiva – niñxs HIV+ / Palabras mayores – niñxs 8 años y más. (2020,enero,18) Recuperado de https://www.facebook.com
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