De golpe tuvimos un niño, que de golpe hablaba y ya iba a la escuela.
De golpe tus ojos están a la altura de los míos, tu voz va mutando, como tus palabras.
De golpe te sobra cuerpo, sentimientos, enojos, angustias y muchas alegrías.
Y querés ser grande, pero de golpe, te rodeás de tus juguetes. Porque hace tiempo, ya fuiste grande de golpe.
Y de golpe, nos das un abrazo en el ascensor, en la esquina, en la cocina.
Y ahí te quedás bien niño porque los hombres crecen y se van haciendo de golpe, pero con abrazos.
Te amamos siempre hijito de nuestro corazón. Feliz día hoy y los que vendrán.
G.F.
Escribe un comentario
Debe haber iniciado sesión para publicar un comentario.