Laura Salvador
Hoy, día 21 de este mal llamado (para mí) aislamiento, coincidente con el jueves de Semana Santa, le abrimos la puerta a la historia.

Hoy, día 21 de este mal llamado (para mí) aislamiento, coincidente con el jueves de Semana Santa, le abrimos la puerta a la historia. Esta vez no se coló por la ventana, irrespetuosa de los tiempos y los sentires, sino que con su permiso surgieron los recuerdos que acompañé con todo mi amor, mi emoción y mi respeto.
Muchas veces Lu me habló de la pascualina que hacía su abuela (de origen), recordando detalles tales como esa yema de huevo que coloreaba la superficie y le daba un brillo especial.
Y yo, consciente de que una comida no volverá a tener el sabor de la infancia, nunca intenté imitarla (con lo que a mí me gusta cocinar!!!).
Hoy, conviviendo nuevamente por esta circunstancia que nos atraviesa, fue él el que quiso replicar esa pascualina «inolvidable».
¿Cómo salió? ¿Se pareció?
Eso no importa…aún está en el horno, todavía no la probamos.
Me quedo con la emoción de que me haya invitado a prepararla juntos y haber podido compartir un pedacito de sus recuerdos.
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