Susana
La verdad, les voy a decir, cuando lo conocí tuve miedo: no sabía si yo era la mamá que el necesitaba.
Nuestro Huracán es un oso de diez años con el alma de un peque de cinco o seis, 1.50 mts. y con toda su humanidad de casi 80 kg. todo transpirado de chivear -como es debido- se nos viene el abrazote y los enormes besos.
» Mía, mami es mía!» Y su ahora nuevo hermano de doce, lo ve venir y abre los ojos grandes, diciendo AYUDA!!
Y ahí va a revolverle los rulos y a decirle te amo hermano, sos mío!!! dejándole el cachete inundado de amor!! Je.
Y todo tiene su recompensa porque lleva dos semanas de control de pis y feliz festeja que su cama ya no tiene ese nylon molesto.
Y la psiquiatra comienza a bajar la medicación. La verdad, les voy a decir, cuando lo conocí tuve miedo: no sabía si yo era la mamá que el necesitaba. Porque yo apenas mido 1,42 mts. y no podía siquiera llevarlo de la mano como una mamá a su pequeño!
¿Y que creen? La vida es sabia y el amor nos adiestra con los complejos. Así que hoy me doy cuenta que lo tomo naturalmente. Y nuestras manos se acomodaron para sentirse y ser felices!