Sonia Baliente

Mami, ¿me haces dormir?
Puedo hacer dormir a mi hijo, con unos mimos, un cuento, una canción, ejercicios de respiración, una relajación guiada, y hasta ayudando a «contar ovejitas».
Para mi, lograr eso es milagroso, como un superpoder.
Las familias que adoptamos niños más grandes (Joaqui tenía 8 cuando nos conocimos y ahora ya tiene diez!) no tenemos la oportunidad de experimentar el arrullarlos, el que se duerman en brazos, el lazo de confianza que se va dando naturalmente en lo cotidiano.
En estas situaciones no sabemos muy bien qué hacer, no queremos invadir su privacidad o no sabemos bien cómo hacían para dormirse antes…
Al principio era solo desearle buenas noches y hacerle saber que si necesitaba algo estaba cerquita; dormía vestido, mi vida.
Luego comenzaron los cuentos, un beso, un buenas noches y se dormía solo.
De a poco fuimos creando nuestro propio ritual.
Ahora es la confianza de que «mamá ¿me haces dormir? …»
Y poder quedarme sentada en su cama y ver como se entrega al sueño plácidamente, sentir su tranquilidad y mirarlo dormir me emociona y me llena de amor.
Es increíble, ¿no?
Cosas simples que son tan significativas.
.