
Compartimos esta pubicación realizada a través de nuestro grupo de Facebook, nuestra opinión y también material para poder acercarnos a otras situaciones que se ponen en juego en ese lugar tan especial que es la escuela:
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«Hola. Hace mucho que no publico nada. Hace cuatro meses que convivimos los cuatro y desde que empezaron las clases en marzo todo se volvió más difícil… todos los días es un berrinche que ya traspasó la barrera de berrinche y empezó a clavarse las uñas (El detonante está vez fue que le quise poner las medias para ir al baño) dos horas de gritos… patadas, clavadas de uñas a el mismo y arañazos.
En la escuela pasa que se pone agresivo con la maestra… ayer le gritó que quería que se muera… y a la noche recibí un mensaje de una mamá que le quiso clavar un lápiz en el ojo… ya no sabemos qué hacer. En un rato tengo conferencia con la psico del juzgado y voy a tirarle la onda de hacer una interconsulta con un psiquiatra porque no veo mejoras con la psico actual… más que nada porque de un momento a otro cambia totalmente y no pareciera una conducta normal. Ya ni sabemos que hacer… el domingo me dijo que se quería ir… de vuelta… le dije que si no es feliz acá yo no puedo retenerlo, pero que piense en que esa decisión tambien iba a afectar a su hermano… se me agotan las ideas y estrategias… hoy le iba a pedir disculpas al compañero… pero ya se que hoy me van a salir con algo nuevo del colegio. Ya me pidieron el tel de su psico para poder armar una estrategia de trabajo, porque a este paso lo van a terminar echando del colegio»
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Empecemos por abrir muchas preguntas
¿Qué pensar sobre si lo van a terminar echando del colegio? ¿Sería una escuela adecuada para el niño? ¿La escuela tiene la capacidad de incluir las dificultades? ¿Adonde puede ir un niño que, de un momento a otro, sufre esos cambios emocionales cuando también su vida ha tenido cambios permanentes? ¿Se puede pensar que siempre es posible cambiar de lugares sin consecuencias? ¿Puede un niño ser feliz por el solo hecho de cambiar de familia? ¿Podemos saber qué situaciones activan esas reacciones? ¿Se debe/puede retener a un niño que siente que ningún lugar es para él? ¿Quién puede retenerlo, alojarlo, contenerlo?
Muchas preguntas que nos atravesaron a muchos de los que, como vos, pasamos por estas situaciones.
Vivimos el caos, el sentir que no nos alcanzaba el cuerpo, las ideas, los dolores…
Es muy difícil encontrarnos sin perdernos en el torbellino que los invade de repente.
Sabemos que esto, que no parece «una conducta normal», es bastante habitual en nuestras vidas familiares. Y que la expresión de estas situaciones dan la pauta de que ese niño actúa mucho de lo que fue transitando y perdiendo desde su llegada al mundo, poniendo en riesgo nuevamente su entorno (ese que nunca debería haber sido fragil e incontinente).
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Recomendaciones (para ser tenidas en cuenta o descartadas) desde nuestras experiencias familiares y también desde lo que leemos en este escrito:
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Dar lugar a este «no saber qué hacer» y buscar ayuda profesional para ustedes (los adultos). Desde nuestra experiencia personal hemos transitado esto asi. Sentir que se nos quemaron los papeles; y dar lugar a que se nos pueden quemar los papeles es totalmente saludable. Ser padres por adopción es un desafío enorme y está bueno ser tolerantes con nosotros mismos para poder serlo con los niños. Las frustraciones nos invadirán tanto como a ellos.
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Entender que esto pasará, deben pasarlo juntos. El niño no lo hace intencionalmente, no lo hace concientemente, no lo hace para irse (sino para confirmar si ustedes pueden retenerlo, justamente).
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Pensemos que la escuela pide el telefono de la psicóloga para trabajar en estrategias. Hay un recurso de búsqueda de soluciones para retenerlo en la institución. Y ustedes también pueden pensar si es la escuela adecuada para las necesidades de sus hijos o no…
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Contextualizar: que a cuatro meses de convivir, la escuela no es lo más importante. Bajar exigencias de rendimiento porque quizás también pueden ser detonantes. Están adaptandose a un grupo nuevo de compañeros, docentes, hábitos y exigencias escolares que quizás antes no existían. Bajar un cambio con el rendimiento, algunas veces ayuda.
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Prioridad familia, la escuela de a poco irá encontrando su rumbo cuando la familia se vaya afianzando.
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Los tratamientos psicológicos tienen un trabajo que no necesariamente darán como resultado la desaparición de estas reacciones de manera inmediata (quizás nuestra función como padres sea adoptar estas reacciones como parte de la vida familiar, y aprender a ubicarnos para que no nos desarmen). ¿La psicóloga les habló de la posibilidad de medicación? Quizás mas alla de hablarlo en el juzgado puedan plantearselo a ella para saber su opinión.