Tiempo

María Noel Vernizzi

Mientras tomo mate (amargo, por supuesto) pienso… Es feriado y no cualquier feriado, porque este es XXL. Para muchos (no para todos) la rutina se interrumpe. Se puede descansar, pensar (y a veces más de la cuenta), vacacionar, dormir más o hacer aquello que deseamos y que en la cotidianidad no podemos porque nuestras obligaciones son otras.

La clave es el tiempo. Y en adopción el tiempo es uno de los aspectos más relevantes. Hay quienes dicen «adoptar es difícil, es burocrático o hay que esperar mucho», «se me va el tiempo, ya soy grande para adoptar», «los niños se hacen grandes en los hogares», «nos hicieron una entrevista y aún no sabemos nada», «todavía no tenemos el apto, dan muchas vueltas», «faltó más tiempo para vincularnos», «falló la vinculación porque el niño o la niña no estaba preparado para ser adoptado/a», «el juzgado es lento», etc, etc.

Todas estas afirmaciones pueden ser válidas. Sin embargo, creo que es necesario avanzar en un análisis un poco más profundo si queremos caminar el camino de la adopción.

La vida es un puñado de tiempo, una colección de momentos de todos los colores y texturas. Negros, blancos, lilas, verdes, rojos, ásperos, suaves, porosos. Y esos momentos son el resultado del entrecruzamiento del azar (eso que pasa y nos pasa y no podemos controlar) y de nuestra capacidad de elección, sí de las decisiones que vamos tomando en nuestro transitar y de las cuales somos responsables.

Algunos hechos transcurren en segundos, otros en horas, días  y otros llevan años.

La decisión de traer al mundo y criar a un hijo nunca es sencilla ni fácil y en adopción esto se complejiza aún más.El deseo tiene fuerza, de hecho los seres humanos nos diferenciamos de los animales porque estamos hechos de deseos. Y el deseo es enemigo del tiempo.

A veces queremos y lo queremos ahora. Pero no siempre es posible. Y con toda convicción digo que en adopción el tiempo es necesario.

Para los potenciales adoptantes es imprescindible para poder procesar y madurar el proyecto de familia. No todos podemos todo. Y para conocer y reconocer los recursos con los que contamos necesitamos tiempo.

Los niños y las niñas también necesitan de cierto tiempo prudencial, obvio, para procesar pérdidas y duelos (aunque es probable que nunca un niño o niña esté totalmente preparado/a para la adopción).

Y por último, todos los vínculos humanos necesitan del tiempo. Así se forman las amistades, las parejas. Los vínculos se construyen y se construyen a través del tiempo. Nada se construye de un día para otro, ni nuestra disponibilidad adoptiva ni nuestro proyecto de familia ni nuestros sueños.

Que no nos gane la desesperación, a veces el tiempo es necesario. «Tarda en llegar y al final hay recompensa» diría el amigo genio de Gustavo. Después de todo, en lo personal, las tortas de microondas nunca me gustaron, prefiero las de horno convencional. A los que les gusta el mate amargo, les comparto uno. Abrazote XXL!

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