«Solo quiero adoptar un bebé»

Gabriela Parino para Ser Familia por Adopción

Muchas veces se cuestiona a quienes hacen esta afirmación, porque la realidad de la adopción es que la mayoría de los chicos que necesitan familia no son bebés. Es decir que la realidad cuestiona ese deseo de la mayoría de las personas que se plantea adoptar.

De todos modos es necesario ser críticos sobre la condena hacia quienes dicen “yo solo quiero adoptar un bebé”, porque en muchas oportunidades están limitados en su disponibilidad adoptiva. Solo pueden proyectarse adoptando a un bebé.

Es totalmente válido que alguien se inscriba para adoptar solo bebés hasta un año -es más, más del 90% de los inscriptos -incluso estando en disponibilidad para adoptar otras edades- considera que podría adoptar un bebé y los equipos técnicos que acompañan el proceso de inscripción acuerdan.
¿Por qué tantas personas piensan que podrían adoptar un bebé?
Quizás se ponen en juego prejuicios que se sostienen en cierta «facilidad» para establecer el vínculo al imaginar que es «como si» fuera un hijo biológico, excluyéndose solamente la experiencia del embarazo. Hay que tener en cuenta que, ilusoriamente, es el tipo de paternidad adoptiva más cercana a los modelos de paternidad biológica. A muchos adultos les resulta mas viable iniciar la vinculación desde la seguridad fundada en esa concepción.
Se pondera que no se pierden etapas de la vida del niño, que se transitan más situaciones vitales con ellos, pañales, primeros pasos, escolaridad desde el inicio, desarrollo «completo» excluyendo sus primeros días de vida y la etapa intrauterina.
También se supone que no tienen recuerdos de la familia de origen, que no sufrieron.
Se valora que los padres adoptivos serán los únicos referentes familiares, y que por no haber vivido mucho tiempo en otros ámbitos se adaptarán, «amoldarán», fácilmente a sus costumbres.
Esas, entre muchísimas otras cuestiones, pueden atravesar la decisión de cada adulto. Estos aspectos contemplados irán modificándose o no, dependiendo de los procesos subjetivos que vayan haciendo las personas para poder ir más allá de la edad. para poder considerar otras necesidades que tienen los niños.
La difícil realidad de adoptar un bebé.
Adoptar un bebé no es tan fácil como se supone.
Primera dificultad para adoptar un bebé:
No es fácil ser convocado para iniciar una vinculación con un bebé. ¿Por qué? porque más del 90% de quienes están inscriptos puede adoptarlos.

Conforme se puede apreciar en el gráfico 1, de un total de 5.465 vigentes, 4.816 manifiestan voluntad de adoptar niñas o niños de 1 año. En cambio, cuando se realiza una búsqueda para niñas o niños de 4 años surgen 3.880 legajos.Respecto de la adopción de niñas o niños de 8 años de edad, 820 postulantes cuentan con disponibilidad y tan solo 44 expresan la voluntad de adoptar niñas o niños de 12 años de edad. Datos estadísticos proporcionados por la D.N.R.U.A. en Mayo 2018.

Una posibilidad es que otros adultos tengan mejores condiciones para ser sus padres: por ser muy jóvenes, o porque pueden adoptar otras situaciones de los niños además de la edad (condiciones de salud adversas, necesidad de tener contacto con familia de origen, ámbito geográfico, etc.).
También pueden convocar a personas que tienen mucho más tiempo de inscriptos en el registro de adoptantes, y así ponderan el orden de prelación. 
En este contexto de muchos padres posibles para bebés, aunque la posibilidad de ser convocados estará presente, quizás pase más tiempo del que cualquier adulto desearía esperar. 
Hoy en día las adopciones tempranas son mucho más frecuentes que antes. El Código Civil  y Comercial establece plazos para que los niños no pasen tiempo excesivo con medidas de abrigo, para que no crezcan en instituciones. Pero aunque se den muchas más adopciones tempranas, estas no son posibles en bebés de menos de 45 días, porque hay un plazo para dictar la situación de adoptabilidad. Esos 45 días consolidan garantías para que esa mujer, que transitó el embarazo con el niño, no se arrepienta de la decisión. De ese modo se le garantiza al niño, eje de los procesos de adopción, que la decisión de buscar familia por adopción  no se tomó de manera apresurada o impulsiva.
Otras dificultades no siempre consideradas: adoptar un bebé es adoptar la situación de ese bebé
Hay muchas dificultades por parte de los adultos para percibir que los bebés también perdieron una familia.
Los niños pudieron sufrir situaciones muy difíciles en su etapa prenatal, padecidas en un cuerpo indefenso que solo dependió de una mujer embarazada y de todas sus circunstancias que a veces son muy duras.  
Habitualmente se desconoce que el feto, en tanto cuerpo en construcción, vive el vínculo desde lo orgánico. Pero también está atravesado por el lenguaje, aunque sin disponer de palabras para expresar lo que experimenta en esa parte de su vida.
Se olvida que los bebés tienen una historia previa, que ellos vivieron aunque desconocen. Se desdibuja la realidad de que- como todos los hijos por adopción- disfrutarán de la familia adoptiva, pero tendrán el trabajo de procesar la pérdida.
Esto es una mínima perspectiva sobre adopción de bebés, que insisto no es imposible. Pero es fundamental prepararse para ellos con el mismo compromiso que para adoptar niños más grandes, porque hay muchos mitos que deben revisarse.
Los bebés no tienen menos necesidades que los demás niños, aunque a veces se invisibilizan desde los mitos sociales.  Muchas veces recibimos en consultorio psicológico a niños con síntomas, por cuestiones no tramitadas de la adopción por parte de los adultos.
Toda la preparación que podamos hacer es fundamental.
Desde Ser Familia por Adopción trabajamos para que todos los chicos tengan familia, pero lo fundamental es que todos nos esforcemos para ser las familias más adecuadas a todas las necesidades de cada uno de los chicos, tengan la edad que tengan.
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