Zambullirse en mar abierto, sentir la fuerza del agua y el viento contra el cuerpo. Dar brazadas para salir a flote, respirar, tragar agua salada…
Se hace imprescindible dejar de luchar contra la fuerza del agua para no perder energía. Relajar, encontrar el propio ritmo. permite encontrar el movimiento que nos ayude a nadar. Es importante saber que las orillas existen aunque no se vean desde el mar. También que otros, desde esas orillas envían sus mensajes.
Escribo por una publicación que leí en Facebook, sobre una familia que adoptó hermanitos y se le está complicando la vinculación en su casa. Indican que hace un mes están juntos, y que se les está haciendo muy difícil. Quería contarles nuestra historia, que es muy parecida, ya que adoptamos también hermanitos, tres en nuestro caso.
Los primeros meses fueron muy muy difíciles. Mucha rebeldía ante todo: horarios, comidas, pautas. Fue difícil. Había mucho enfrentamiento, porque -si bien ellos querían tener una familia y sentirse contenidos- todos los procesos que atraviesan nuestros pequeños, son cambios muy violentos para ellos.
Que los saquen de su seno familiar para vivir en una institución, y luego irse a vivir con dos extraños que -por muy copados que sean, y parezcan buenos- imponen normas y costumbres que tal vez no sean de su agrado y no tengan ganas de cumplir.
A eso se suma que todavía pueden no sentir su casa como su hogar definitivo, ni a esos adultos como su familia definitiva.
Nosotros tuvimos el apoyo de un grupo de psicólogas del Zonal de La Plata (*), primero dos veces por semana, luego una vez por semana y luego una vez por mes…
Hasta que ya nuestro vínculo terminó de comenzar, y empezó a ser más fuerte y firme.
A los adultos que están en este momento pasando por esta situación tan difícil: que esperen, tengan paciencia, ya se van a terminar de acomodar. Es tiempo cronológico (cómo nos decían las psicólogas) y ellos tienen que hacer sus duelos, sentirse queridos, que ya no van a irse de ese seno familiar, ni siquiera aunque los adultos se enojen mucho mucho, que esto es para siempre, que lo peor ya pasó.
Repito, a nosotros no nos fue fácil, pero llegó el día que mi hija mayor, la que más rebeldía mostró, le dijo papá a mi esposo, y ya el alma nos volvió al cuerpo.
Tardó un poco más en decirme mamá, porque ella ya tenía una mamá, y llamarme asi implicaba mucho, mucho cambio, mucho compromiso (no me lo explico con sus palabras, pero es la explicación que encontré yo), pero cuando llegó el día que me dijo mamá, cambió todo.
Que pidan más acompañamiento de orientación para padres, esos niños lo merecen y ellos también, y no bajen los brazos, todo llega, solo a veces hay que saber esperar un poco más. Saludos y espero mi mensaje les lleve un poco de tranquilidad a esa familia, que está pasando por una de las cosas más difíciles que les haya tocado, pero más hermosa del mundo
Hola! Compartimos algunas ideas que nos sirvieron para afrontar la vinculación.
– Pedir ayuda. En esto están muy encaminados porque ya lo hicieron. La mirada profesional es clave, pero también hay que hablar con amigxs y familia para que nos den momentos de soledad y para que no transgredan los límites que ponemos porque «pobrecitooo».
– No caer en provocaciones. Esta es la más difícil. A nosotros nuestro hijo nos decia que no nos quería y que no éramos sus padres, y simplemente le respondiamos que nosotros sí lo queríamos y que queríamos ser sus padres. Los sermones de media hora no ayudan, es mejor transmitir una idea simple y poderosa.
– Hacer equipo. Cuando se vincula más rápido con un adulto y no con otro, podemos caer en confrontaciones entre adultos. Es importante que nos sostengamos entre nosotros y establezcamos acuerdos para criar.
– Respetar la tristeza y el enojo de lxs niñxs, darles su tiempo para llorar. No podemos solucionarlo todo, no podemos cambiar el pasado, nos queda acompañar, sostener, amar y cuidar.
Les recontra juramos que esto pasa, que con el tiempo el vínculo se fortalece y miran para atrás y no lo pueden creer. Nuestro hijo a veces recuerda algunas cosas que hacía y se desconoce.
Algo que hacíamos cada vez que sentíamos que no podíamos más y que no queríamos seguir era pensar en el día después, en cómo sería otra vez nuestra vida sin él, y eso nos fortalecía un montón para seguir intentando.
Mucha mucha fuerza y sobre todo amor.
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¡Queridos! Idéntica situación que la que mencionaron en el grupo! Tres niños (1, 4 y 6 años) y una vorágine de desafíos.
Venían con cero normas de convivencia y nos fuimos adaptando…de a poco!
Al mes ya estábamos con terapia porque era insostenible.
La famosa «luna de miel» no la vivimos… de a poco fuimos avanzando y encontrando que funcionaba y qué no con cada uno de ellos.
Pero fue fundamental la terapia. Y los grupos de padres (del cole) y los tíos, los abuelos, los primos… la red de contención.
¡Y de vez en cuando tomarnos un matecito solos!
Y atesorar los momentos bellos (que alguno habrá) para cuando venga la tormenta.
Un dia los miras a los ojos (recuerdo el día que fue con cada uno de mis hijos) y no te imaginas la vida sin ellos.
Fuerza. ¡Pidan ayuda!
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Mensaje en una botella
Sitentizando lo que Wikipedia dice sobre los mensajes en una botella podemos decir que es una forma de comunicación en la que un mensaje se libera en el mar, contenido dentro de una botella sellada.
Se han utilizado para enviar mensajes de socorro, como homenajes conmemorativos, para transmitir informes de expediciones y llevar cartas o informes de aquellos que se creen perdidos. Las invitaciones a posibles amigos por correspondencia y cartas a intereses amorosos reales o imaginarios también se han enviado como mensajes en botellas.
Algunas botellas con mensajes se encontraron un siglo después de su lanzamiento. La tradición que rodea los mensajes en botellas a menudo ha sido de naturaleza romántica o poética.
Pensamos que estos relatos familiares son mensajes que pueden flotar en nuestra web. Ojalá, si tu familia se encuentra en el medio del mar, encuentre una de estas botellas para que les permita flotar hacia la orilla.
También hay que amigarse con el mar abierto aunque nos implique tanto esfuerzo. Es necesario zambullirse para encontrar nuevas orillas que brinden calma.
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Los relatos familiares de este artículo han sido compartidos en nuestro Grupo de Facebook.
(*) Servicio Zonal de Promoción y Protección de Derechos. Dependen del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia y tienen sede en distintos distritos de la provincia de Buenos Aires.