Expresar la disponibilidad adoptiva es un instante, sostenerla es mucho más complejo

 

Bs. As., octubre 12 de 2022

Sentimos que como organización de la sociedad civil, comprometida con la temática de la adopción, debemos hacer conocer nuestra opinión.

En septiembre de este año asistimos al primer día de las Jornadas Nacionales de adopción, en Paraná- Entre Ríos.  Lo que allí se expuso nos invitó a reflexionar una vez más sobre las preocupaciones de los funcionarios y las nuestras. Preocupaciones que de ninguna manera se oponen sino que son complementarias. Y que creemos que la conjunción de todas ellas puede ser el camino para resolver los desafíos que se presentan cotidianamente alrededor del tema infancias, adolescencias y adopción.

Escuchamos cifras que no difieren mucho de las que conocemos mes a mes y año a año referidas a las características de la disponibilidad de quienes se inscriben para adoptar. Un gran porcentaje se ofrece para ser la familia de niñas y niños pequeños, sanos y sin hermanos (a lo sumo 2). Realidad que no coincide con las situaciones de las/los adolescentes, niñas y niños a quienes el Estado debe garantizarles el derecho a vivir en familia.

Estas estadísticas también nos preocupan. Pero más nos preocupa cómo revertirlas, cómo lograr ese balance (*) tan necesario entre la disponibilidad adoptiva de los adultos al momento de inscribirse y las situaciones reales que se presentan para la concreción de la construcción familiar. Entendemos que las estadísticas brindadas por los registros de aspirantes no pueden ser el único parámetro para diseñar políticas dentro de una realidad tan compleja. La única meta no debería ser el egreso con una familia de las/los N, N y A de los dispositivos en los que se encuentran alojados sino la permanencia dentro de una familia, ello conforme lo indica la Convención de los Derechos del Niño y el Código Civil y Comercial en sus artículos 594 y 595.

No concebimos la disponibilidad adoptiva como una mera declaración ligada a la voluntad de quienes quieren ser padres. Es mucho más que eso. Entendemos la disponibilidad adoptiva como una construcción, como un proceso que requiere tiempo y mucho trabajo interno por parte de los adultos. No solo de los adultos que desean adoptar sino también de funcionarios, legisladores y profesionales quienes deberíamos ser los primeros en fortalecer el sistema de la adopción.

La disponibilidad adoptiva solo puede ser válida si se sustenta en que quienes desean adoptar tengan capacidades parentales adoptivas compatibles con la disponibilidad expresada. O sea que no se trata de  las situaciones de los niños que los adultos “quieren” adoptar, sino lo que “pueden” sostener en los complejos procesos vinculares. Y las situaciones que quienes están involucrados en la adopción “puedan” acompañar.

No se trata de un mero acto de valentía, ni de solidaridad, ni de sensibilizarse. ¿Por qué? Porque expresar la disponibilidad adoptiva es un instante, sostenerla es mucho más complejo. Construir una familia por adopción es armar una familia desde las ruinas de muchas construcciones fallidas. Recién se piensa en la adopción cuando han fracasado muchos esfuerzos previos de los niños, de las familias de origen, del Estado y de las mismas familias adoptivas.

Entendemos que la solución de esta problemática tiene que ir más allá de una campaña de sensibilización dado que aumenta riesgos de fracasos vinculares. Apostamos a la preparación intensiva imprescindible para los adultos que desean adoptar, pero también para operadores, profesionales y todos quienes trabajamos en esta materia.

Desde nuestro lugar y experiencia ofrecemos la posibilidad de diseñar programas de formación conjuntamente para funcionarios, periodistas, docentes y profesionales cuya formación de grado no incluye la temática de la adopción.

El valor de nuestro trabajo es el de compartir experiencias durante 12 años con familias y personas que desean adoptar, con funcionarios y profesionales. De escribir libros, de invitar a la producción de material desde las problemáticas percibidas en cada momento y desde el haber vivenciado durante muchos años la construcción de nuestras propias familias. Leemos, hacemos cursos de actualización, participamos de debates, Jornadas y estamos atravesadas por la adopción de tal manera que no podemos abstraernos de la realidad compleja que implica formar una familia por adopción.

Se plantean, desde hace años, muchos desafíos que mientras repitamos los intentos ya probados seguirán siendo solo eso, desafíos muy alejados de logros.

Si los planteos se diseñan para que la adopción parezca algo fácil y conmovedor desde el romanticismo es hacer una comunicación sesgada e inexacta por incompleta. Sugerimos repensar la adopción para poder avanzar sobre problemáticas que han aparecido y que no podemos desatender.

  • Las experiencias traumáticas vividas por nuestros hijos previamente a la llegada a nuestra casa determinan conductas para las que no todas las personas están preparadas para sobrellevar. Situaciones que no están contempladas en la disponibilidad adoptiva amplia.
  • Suele haber desinformación y falta de articulación de quienes  deben guiar, acompañar, ayudar, etc. en la incipiente construcción familiar.
  • La ausencia de licencias, desde la Ley 20744, que contemplen los procesos adoptivos. No solo lo referido a trámites, vinculación y guarda sino a la discriminación en cuanto al género de los adoptantes y las edades de llegada de las/los N, N y A a las familias por adopción.
  • Dados los elevados costos de los juicios de adopción que deben afrontar las familias creemos que el Estado, que inició el proceso con la medida de abrigo, debería cerrarlo formalizando jurídicamente el vínculo familiar adoptivo.
  • Es fundamental no invisibilizar la presencia de la familia de origen ya que no quedará “lejos”, “aislada” y puede aparecer en cualquier momento. Hoy en día las redes permiten entrecruzamientos, avances, contactos que hace 15 años eran impensados.
  • Dados los reiterados errores tanto en la rectificación de las partidas como en los DNI es imprescindible trabajar en la capacitación del personal del RENAPER para garantizar el derecho a la identidad de las/los N, N y A. También considerar la unificación de las bases de datos que utilizan los organismos y empresas para una efectiva actualización de los datos de identidad.

(*) Desde la creación de Ser Familia por Adopción (hace 12 años) trabajamos para visibilizar este desbalance, para ayudar a comprender qué es la adopción, para quién se ha creado y cuáles son las necesidades reales. En todo este tiempo hemos pensado en diferentes maneras no solo de visibilizar esta problemática sino también en modos de invitar a pensar en la posibilidad de ampliar la disponibilidad adoptiva. Trabajo que queda plasmado tanto en las actividades que realizamos con personas interesadas en el tema como con la sociedad en general.

Ser Familia por Adopción O.S.C.

 

 

 

 

 

 

 

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