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Griselda Moreno |
Hoy estamos de fiesta en casa! Porque soy mamá adoptada y con mi compañero somos familia junto a Caro que llegó a nuestras vidas con 6 años y nosotros a la de ella con 40 y 41 años. Hoy 13 de enero celebramos nuestra familia y quiero compartirlo.
Hace tres años nos llamaron del juzgado para saber si aceptaríamos conocer a una niña. Conocimos a Caro el 14 de enero del 2016 y el 6 de febrero de ese mismo año ya vivía con nosotros. Éramos formalmente sus guardadores. Jurídicamente empezábamos a caminar el vínculo de familia. Pero no voy a mentir. Al comienzo no la sentí MI hija. Era una niña. Éramos dos adultos en pareja y una niña. Porque al comienzo fuimos así de extraños. Nos empezamos a (re)conocer. Y a amar. Y a amar por elección y cada uno con sus propias mochilas.
Deconstruir. Deconstruirme.
Y me interesa compartirles el hecho de que como adulta, como mujer, como mamá deseante debí transitar la disociación entre la función reproductiva como hecho biológico que se presentaba como imposibilidad y el deseo de ser mamá que permanecía y que seguía presente. Y entonces se hizo imperiosa la necesidad de trabajar de manera personal pero es interesante pensar el cómo podemos intervenir como colectivo social /como actores en conjunto sobre los mandatos sociales, culturales y deconstruirlos. Deconstruirme.
Una práctica cultural.
Fue a posterior de ese trabajo interno entender que la maternidad/paternidad ES una práctica cultural, y así tener la posibilidad de relativizar los lugares comunes y mandatos a los que se la asocia. La paternidad /maternidad pensada como una relación social, que genera vínculos, prácticas, deseos, que hace circular valores y creencias, y construye identidades. Sólo atravesando Y ASUMIENDO esto podremos finalmente concretar una familia a través de la adopción de niños.
Dos mundos que se encuentran.
Ser familia a través de la adopción fue una de las vivencias más amorosas y también de mayor desafío que con intensidad vivo. La adopción puede plantearse como un encuentro de dos mundos. Un encuentro entre el mundo donde un niño espera por una familia y el mundo donde una familia se brinda, se ofrece a formar una familia con él.
Realidad social. Realidad jurídica.
Tenemos que entender que para que exista la adopción es preciso que primero exista un niño en situación de adoptabilidad.
Y para llegar a esa situación jurídica debemos tener en cuenta que el alejamiento del niño de su hogar de origen, del contexto familiar de origen, es la ÚLTIMA instancia y una medida excepcional frente a la vulneración de derechos.
Los niños que cuentan con una situación de adoptabilidad, han sido víctimas de vulneración de derechos en el seno de su hogar y no pudieron ser contenidos por ninguno de los miembros de su familia (o configuraciones parentales).
En el relevamiento realizado por la secretaría de Niñez en el 2015 existían 9219 niños sin cuidados parentales (en esa estadística se encontraba la que hoy es nuestra hija). 24% niños hasta 5 años, 39% entre 6 y 12 años y 36% a adolescentes.
La situación de vulneración de los niños por lo general se presenta ligado a: Maltrato, Ausencia o dificultades de adultos responsables, Situación de abandono, Situación de calle.
De todas estas situaciones es el Estado que debe protegerlos. El Estado debe cumplir con políticas públicas generales: real acceso a una vivienda, atención primaria de la salud, servicios de educación y asistencia social, programas de acompañamiento familiar. Es por esto que pienso imprescindible visibilizar y exigir el rol del Estado y su presencia tanto en la prevención como en la confección de las herramientas necesarias para revertir tales situaciones.
Dar la vida…
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Pocos somos padres de hijos que deseaban serlo. Yo soy una (aunque daría mi vida para que ella no hubiese pasado ni un solo momento de sufrimiento. Como todos los padres no?) |
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