Derribando mitos y leyendas urbanas les cuento que soy una mamá que …
… se cansa, a veces, que no siempre tiene respuestas, que se enoja, que llora. Que se pregunta: ¿por qué a mí? ¿para qué a mí? ¿es necesario…?
… no soy tan fuerte como aparento, que no soy irrompible, que camino rota en muchas ocasiones. Nunca dejé de caminar.
… no me gusta cocinar, como se supone lo hacen las buenas mamás, y me costó horrores peinar «lindo» a mis hijas.
… no fue sencillo separar y discernir mi función de mamá y directora al mismo tiempo. Pero lo logré, por aquellos años.
Derribando mitos quiero que sepan que…
… no soy tan maravillosa, buena, dulce, paciente, angelado ser de luz, por ser mamá de un jovencito con discapacidad y mamá por vínculo adoptivo de los cuatro más chicos.
«Pero soy mamá!!!»
Desde hace 27 años soy mamá como puedo, como me sale, como aprendí de la maravillosa mujer que es mi madre.
Soy mamá a los golpes, con aciertos y muchas equivocaciones. Soy mamá, dura, a veces, y extremadamente vulnerable otras.
Soy mamá, aún en construcción, sin terminar. Con ganas de seguir creciendo, por cada uno de ellos. Mis hijos amados, profundamente amados, esperados, pensados, imaginados, soñados. Hoy son hijos reales. Hermosos jóvenes reales que me ayudan día a día a ser la mamá que puedo.
Escribe un comentario
Debe haber iniciado sesión para publicar un comentario.